CAMBIOS EN REGLAMENTACIÓN DEL INCAA
DEl pasado lunes 18 de setiembre se publica en el Boletín Oficial la Resolución 942/2017/INCAA, que modifica la regulación sobre el fomento del cine nacional.
Esta resolución parece promover un modelo de cine que no necesita la financiación creada por la Ley y que generará sin duda un futuro de baja de la producción cinematográfica argentina, facilitando aún más la comercialización del cine extranjero.
Desde su creación el Instituto ha desarrollado un rol sustantivo como órgano de Fomento del Cine Nacional, durante décadas.
El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales es un ente público no estatal que funciona en el ámbito del Ministerio de Cultura de la Nación.
Su principal función es promover, fomentar, fortalecer y regular la producción audiovisual en territorio argentino, y en el exterior en cuanto se refiere a la cinematografía nacional; así como garantizar el acceso del público en cada región del país.
Una de sus tareas primordiales es la administración del Fondo de Fomento Cinematográfico (FCC), cuya principal función es el fomento de la cinematografía argentina mediante el otorgamiento de créditos, subsidios y en la aplicación del resto de las herramientas que a tal fin se establecen en la normativa vigente. Además de apoyar y colaborar con Festivales de Cine realizados en el país.
Vale aclarar que el Estado Argentino no financia las películas realizadas por el INCAA porque el cine nacional se autofinancia con dos fuentes principales:
1- 10% de cada entrada de cine
2- Impuesto a todas las empresas que hacen uso del espacio radioeléctrico nacional
Se desmiente así la campaña mediática que quería instalar en la sociedad la idea del financiamiento del INCAA que le quita la plata de los jubilados, la Salud y la Educación.
El cine argentino es una marca reconocida en todo el mundo. Es, además, uno de los más prolíficos de la región: en 2016 se estrenaron 173 films nacionales, la mayoría con apoyo financiero del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).
El estímulo económico a la realización de proyectos constituye un instrumento genuino, tratado y votado en ambas cámaras del Congreso Nacional, que hizo posible hasta hoy el desarrollo del cine nacional y su difusión en todo el mundo.
El FFC que administra el INCAA se financia con un impuesto que grava en un 10 por ciento toda entrada de cine que se vende en territorio nacional y con el 25 por ciento de lo recaudado por el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), que en parte proviene de los derechos que pagan las radios y las televisoras para operar las señales del país. El problema comenzó hace ya un tiempo cuando el gobierno decide que Cablevisión ya no es más una empresa de Radiodifusión, sino que la considera como empresa de Telecomunicaciones, resolución que la exime de los aportes a la ENCOM.
Ya hace unos meses el Director del INCAA fue removido de su cargo a pesar de que todo el medio profesional y artístico (incluso Juan José Campanella) daban crédito a su gestión.
En la lectura de las nuevas normativas se aprecia que no están pensadas para generar una política clara de fomento a la producción cinematográfica nacional, sino que abiertamente se expresa una intención de sólo considerar para la actividad un financiamiento bancario severo y muy ajustado.
Lamentablemente esta resolución condena al desamparo a todo ese cine nacional identitario producido dentro de otros formatos y propuestas, tanto estéticas como narrativas, que históricamente ha creado miles de puestos de trabajo y obtenido los más altos premios internacionales, prestigiando al cine y a todo el pueblo argentino.
